PERIODO POSTCLÁSICO

Una de las más poderosas era la de los itzaes, que fueron los que conquistaron Chichén y le añadieron Itzá, o “de los itzaes”. Al parecer, itzaes significa “aquellos que hablan la lengua entrecortadamente”, curioso. Pues bien, estos itzaes fueron los que más influencia tuvieron en la actual Rivera Maya.
Grandes navegantes por tradición, los putunes itzaes desarrollaron un gran poder comercial, usando las extensas redes de ríos internos que recorren el actual Estado mexicano de Quintana Roo. Se apropiaron de los puertos que habían funcionado hasta entonces bajo la influencia de los mayas asentados en el norte de la actual Guatemala, como el de Xel-Há, y construyeron otros nuevos como el de la isla Cozumel, Tulum o el de Polé, actualmente conocido como Xcaret. Desde estas posiciones costeras fueron penetrando hacia el interior hasta hacerse con el control de toda la parte oriental de la Península de Yucatán. Las pujantes ciudades Estado de Mayapán y Chichén Itzá, de los cocomes y los itzaes, mantenía al comienzo de este Periodo Posclásico una alianza con una de las ciudades supervivientes del Perico Clásico, Uxmal, de los xiu, alianza conocida con el nombre de Liga de Mayapán. Esta alianza duró nada menos que cien años, pero finalizada la misma se desarrollaron las guerras entre los antiguos aliados; el caos y la derrota se apoderó de los itzaes, que abandonaron la zona para refugiarse en las selvas de El Petén, al norte de Guatemala, donde fundaron una ciudad en la isla de Tayasal, en el lago de Petén Itzá.
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